Arte, política y presencia BIPoC: Una charla con Miguel Ángel Castillo Archundia
25.02.2023 ⸱ Interview
Arte, política y presencia BIPoC: Una charla con Miguel Ángel Castillo Archundia
Edición y traducción para el alemán: Marina Fervenza
Esta entrevista se compone de fragmentos de tiempo y texto de un diálogo con el artista, fotógrafo y ensayista Miguel Ángel Castillo Archundia por la ocasión de su participación en el Festival Zeitzeug en 2022. Antes de encontrarnos personalmente, hablé con Miguel a través del Whatsapp, donde empezamos a discutir cuáles serían los temas de nuestra discusión. Le propuse algunos puntos y me escribió algunas respuestas a través de un archivo de texto muy detallado. Desde ahí hasta la entrevista que hicimos en presencia percibí como el texto es importante para Miguel y su trabajo. Miguel estudió filosofía en el bachillerato y en la maestría y eso se percibe en la manera como habla de su obra y de sus conceptos. Hablamos de esta relación con el texto en nuestro encuentro en presencia y de muchos otros temas como el Street Foto, la relación entre arte y filosofía, la fotografía y la imagen. Lo que se lee en esta entrevista es una parte y una edición de todo lo que hablamos por mensajes y en cerca de una hora de encuentro en el edificio Blue Square, sede del curso de maestría Szenische Forschung en la Ruhr Universität Bochum. Aparte de que Miguel contara su experiencia en el Festival Zeitzeug, a mi me parecía importante que tuviera espacio para hablar de su trabajo y otros temas relacionados. ¡Deseo una buena reflexión y aprendizaje!
Marina – En tu participación en el Festival Zeitzeug 2022 viviste una situación de racismo por parte de la curaduría frente a tu trabajo. Como parte de una serie de medidas de reparación del Festival frente a este caso, surgió la posibilidad para que yo condujera esta entrevista contigo. Mi primera pregunta es más bien una invitación para que me cuentes más tu perspectiva de la situación.
Miguel – Yo participé como artista realizando una exposición de fotografías que titulé “Frágiles ante el tiempo”. La exposición fue concebida como un acercamiento al funcionamiento de la dinámica del tiempo desde un punto de vista capitalista y cómo el ejercicio de esta dinámica afecta a los cuerpos que cuando envejecidos, dejan de ser funcionales, son desechados y descobijados en este sistema que solo entiende la lógica de la producción. En las fotografías están personas queridas de mi familia y mi entorno. La exposición fue concebida en vínculo directo con un texto, uno en español principalmente (el idioma en el que yo aprendí a conocer el mundo y en el que me relaciono con las personas a las que les tomé las fotografías) y una traducción del mismo texto al alemán. El texto en español fue pensado para abrir el acercamiento de la obra a más personas. Aquí anoto que en mi entendimiento del arte contemporáneo la parte conceptual con la que se conciben las obras es parte esencial de las mismas.
Hasta aquí la parte descriptiva de la obra. Quisiera contar mi un hecho que yo viví como racista en el marco del festival, específicamente en el ejercicio curatorial y de comunicación entre curadorxs y autor. En los hechos generales mi texto en español no fue colgado en la exposición y el texto en alemán fue arbitrariamente recortado. Esta situación para mi tiene una lectura racista en dos sentidos:
Por un lado un ejercicio de autoridad (que yo leí como racializado) por parte de la curadora al momento de comunicarse conmigo. La comunicación de esta curadora fue básicamente para obtener las impresiones de las fotografías (me sentí tratado como mano de obra en el montaje de mi exposición). Sentí que una vez entregada la obra mi voz como artista no tuvo eco, que mis preguntas o voz no se tomaron en serio. Este ejercicio de autoridad desde una curadora blanca con un autor moreno no me pudo pasar desapercibido. En mi lectura fue una repetición de estructuras de poder colonialista que muchxs de nosotrxs repetimos porque están presentes en nuestra cultura.
El segundo sentido que me parece más grave y profundo es la omisión del texto en español y el recorte del texto en alemán sin comunicar nada al respecto. Esto lo leo en el mismo sentido un ejercicio de autoridad con tintes colonialistas conmigo como autor. Pero en respecto a las personas que en las fotografías aparecen lo leo como un ejercicio claro de racismo exotizante. Aquí a la curadora no le importó qué se dice o cómo se describe a las personas desde la conceptualidad (y desde el punto de vista del autor que tuvo cercanía cultural y emocional con ellxs ) sino únicamente mostrar esos rostros de ancianos morenos latinoamericanos encontrados por la pobreza y la marginalidad. Es un ejercicio claro de exotización de la pobreza en otras partes del mundo. Esta parte me pareció particularmente sensible.
Marina – La presencia de BIPoC en el mundo del arte es aún muy invisibilizada. Hize una rápida pesquisa y encontré algunos colectivos de artistas BIPoC en Europa y en Alemania que se movilizan para organizar redes de apoyo y de trabajo en estos territorios. Entretanto fue difícil encontrar datos más concretos sobre la presencia de estas personas en los espacios de trabajo y formación artística. Como es tu perspectiva sobre este tema y sobre esta invizibilidad?
Miguel – Este es un tema súper interesante porque aquí se puede reflexionar para quién y por quién está hecho el arte. Nos podemos preguntar primero sobre la presencia de personas BIPoC en el arte y consecuentemente sobre la presencia de personas BIPoC como consumidorxs de arte. O desde otra perspectiva, cuánta es la presencia blanca en el arte y cuánta es la presencia de personas blancas consumiendo arte.
El arte históricamente ha sido elitista. El ocio en sí mismo es un concepto pensado para quienes podían permitirse no hacer nada o hacer algo artístico por su estatus económico, es decir, no se tenían que preocupar por la sobrevivencia. Esta situación privilegiada recae mayoritariamente sobre las personas blancas.
Estuve buscando cifras, estudios académicos sobre la presencia de personas BIPoC en el arte en Alemania, no encontré mucha información sobre los números o porcentajes. Entonces hablo desde mi experiencia y lo que he vivido en los espacios de la escena artística que conozco. Las personas BIPoC somos definitivamente una minoría abrumadora tanto en lxs creadorxs como en lxs consumidorxs. Las personas BIPoC siempre hemos hecho arte. Si la presencia de las personas BIPoC en el arte o en los escenarios del arte es menor no tiene que ver con producción, talento o capacidades, sino con privilegio. La escena del arte y el acceso a ella sigue siendo, desde mi punto de vista, un espacio excluyente y elitista.
Marina – La relación entre el arte y la política está muy presente en los debates actualmente en la universidad y en los espacios de trabajo. Esta discusión se ve presente no solo en tu exposición, sino también en la manera con que hablas de tu trabajo. ¿Cuál es tu visión de esta relación?
Miguel – Bueno, más bien un poco más atrás quizás. Yo diría que todo lo que hacemos en la vida privada o en contextos sociales es política. Siguiendo esta línea de pensamiento todo arte, quiera serlo o no, es político. Lo interesante es aquí cuando se adquiere la conciencia de que el arte es político y qué se hace con ello.
Desde mi punto de vista estas perspectivas del arte por el arte, son bastante parecidas a este discurso de neutralidad política. Esta supuesta neutralidad es más bien conservadora y permite la perpetuación de estructuras excluyentes y violentas.
El arte tiene una potencialidad política fenomenal. Y este arte no es el arte de los salones endurecidos y elitizados. No digo con eso que no sean bellos, sino que mis esperanzas políticas no están puestas ahí. El arte que tengo en mente cuando hablo de arte con potencialidad política es el arte que nace de la gente de las periferias para la gente de la periferia.
Marina – Cuándo pasa una situación discriminatoria como la que viviste tu en este episodio en el Festival, es común que la discusión se centre muchas veces en el aspecto del sufrimiento que vive la víctima en este contexto. Esto es sin duda un aspecto importante porque marca la subjetividad de las personas racializadas y no puede ser ignorado. A mi me interesaría entretanto que tuvieras la posibilidad de contarnos también un poco de tu trayectoria como artista. O sea, no hablar solamente del dolor, sino de otras partes de subjetividad, tus deseos y intereses. ¿Cómo construiste tu trayectoria? ¿ Cómo empezó tu interés por el arte y la fotografía? ¿Cuáles son tus intereses y proyectos para el futuro?
Miguel – No tengo una trayectoria como artista ni larga ni compleja. Yo diría que es más bien interesante cómo y desde dónde es que llegué al arte. Haciendo fotografía y escribiendo llevo desde que tenía 17 años aproximadamente. Sin embargo, en un sentido académico y profesional decidí no hacer arte por decirlo así. Yo estudié filosofía e hice una maestría en filosofía de la cultura. Desde ahí me acerqué al arte, o mejor dicho, el interés que desde antes tenía en el arte lo enfoqué a partir de la perspectiva de la filosofía. Entonces comencé a interesarme por las potencialidades reflexivas del arte, sus potencialidades revolucionarias, también acerca del arte de los márgenes. Y particularmente me ocupé teóricamente del arte que nace en contextos de violencia, que trabaja en, con y sobre la violencia. Las características de ese arte y sus potencialidades. Y las discusiones éticas que de ahí se desencadenan. Me ocupé sobre todo de la fotografía documental de la violencia que en algún momento dio un salto al mundo del arte y a los grandes museos. Aquí surgen temas éticos y políticos muy fuertes.
Paralelo a esto comencé a hacer Street Foto. Inspirado en surrealistas, documenté la vida en mi entorno a través de una mirada de lo desagradable estéticamente, de lo marginal, de la fealdad, de lo violento incluso. Me intereso por la descomposición de la imágen. Desde que llegué a Alemania mi mirada y mis intenciones no han cambiado en lo esencial pero se ha adaptado a las circunstancias. No tengo las mismas ganas de hacer Street Foto en Alemania como lo hacía en México. La ciudad y la calle no me parecen tan coloridas y interesantes. Ahora me intereso mucho por hacer retratos, particularmente desde el ser BIPoC en Alemania. Quiero fotografiar más BIPoC o migrantes. También desde la fotografía y la conceptualidad generar proyectos incómodos para el estado de bienestar de la ciudadanía alemana. Mis intenciones artísticas en Alemania son más declaradamente políticas en Alemania desde mi estar en los márgenes en este país.
Ahora estoy trabajando como fotógrafo en un proyecto de retrato de inmigrantes que habitan en Bochum y son mayores de 55 años para un proyecto de IFAK. El plan ahí es contar las historias y mostrar los rostros de lxs inmigrantes que llevan mucho tiempo viviendo en Bochum.
Miguel Ángel Castillo Archundia es ensayista, fotógrafo y artista. Es licenciado en Filosofía y tiene una maestría en filosofía de la cultura. Desde 2012, es fotógrafo autodidacta. Vive y trabaja en Alemania. Se interesa por la imágen y la violencia, las relaciones coloniales entre personas y instituciones, la estética y las fotografías de lo desagradable.
Marina Fervenza (Porto Alegre, Brasil) es performer, actriz y pesquisadora. Estudió Teatro con énfasis en interpretación teatral en la Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil y es alumna de la maestría en Pesquisa Escénica de la Ruhr Universität Bochum. Vive y trabaja en Alemania y en cooperación con Brasil. Se interesa por las relacciones entre dramaturgia y actuación, burlesco, erotismo y identidad y ahora especialmente la identidad migrante. Contacto: marinafervenza@gmail.com
25.02.2023 ⸱ Interview
Kunst, Politik und Präsenz von BIPoC: Ein Gespräch mit Miguel Ángel Castillo Archundia
Redaktionelle Bearbeitung und Übersetzung ins Deutsche: Marina Fervenza
Dieses Interview besteht aus Zeit- und Textfragmenten eines Dialogs mit dem Künstler, Fotografen und Essayisten Miguel Ángel Castillo Archundia anlässlich seiner Teilnahme am Zeitzeug Festival 2022. Bevor wir uns persönlich trafen, nahm ich mit Miguel über Whatsapp Kontakt auf. Wir fingen an, die Themen unseres Gesprächs zu besprechen. Ich schlug einige Punkte vor, und er schrieb mir einige Antworten in Form einer sehr ausführlichen Textdatei. Von da an bis zu dem Interview, das wir in Präsenz geführt haben, habe ich wahrgenommen, wie wichtig der Text für Miguel und seine Arbeit ist. Miguel hat im Bachelor und Master Philosophie studiert, was sich in der Art und Weise, wie er über seine Arbeit und seine Konzepte spricht, bemerkbar macht. Über diese Beziehung zum Text sprachen wir bei unserem Treffen. Wir sprachen auch über viele andere Themen wie Street Fotografie, die Beziehung zwischen Kunst und Philosophie, Fotografie und das Bild. Was du in diesem Interview liest, ist ein Teil und eine Auswahl von allem, worüber wir in Nachrichten und in einem etwa einstündigen Treffen im Blue Square Gebäude, dem Sitz des Masterstudiengangs Szenische Forschung an der Ruhr-Universität Bochum, gesprochen haben. Abgesehen davon, dass Miguel über seine Erfahrungen auf dem Zeitzeug Festival berichtete, schien es mir wichtig, dass er Raum hatte, um über seine Arbeit und andere damit verbundene Themen zu sprechen. Ich wünsche ein gutes Nachdenken und (Ver)lernen!
Marina – Bei deiner Teilnahme am Zeitzeug Festival 2022 hast du erlebt, dass deine Arbeit von der Kuration rassistisch behandelt wurde. Im Rahmen einer Reihe von Entschädigungssaktionen des Festivals ergab sich die Möglichkeit, dieses Interview zu führen. Meine erste Frage ist eher eine Einladung an dich, mir mehr über deine Perspektive auf die Situation zu erzählen.
Miguel – Ich habe an dem Festival als Künstler der Fotoausstellung mit dem Titel Zerbrechlich im Angesicht der Zeit teilgenommen. Die Ausstellung war als eine Annäherung an das Funktionieren der Zeitdynamik aus kapitalistischer Sicht konzipiert und wie die Ausübung dieser Dynamik die Körper betrifft. Körper, die, wenn sie altern, nicht mehr funktionieren, ausrangiert werden und in diesem System, das nur die Logik der Produktion versteht, weggeworfen werden. Auf den Fotos sind mir liebe Menschen aus meiner Familie und meinem Umfeld zu sehen.
Die Ausstellung wurde in direktem Zusammenhang mit einem Text konzipiert, der bedeutender Weise auf Spanisch verfasst ist (die Sprache, in der ich die Welt kennengelernt habe und in der ich mit den Menschen, die ich fotografiert habe, in Beziehung stehe) und einer Übersetzung desselben Textes ins Deutsche. Der Text auf Spanisch sollte das Werk für mehr Menschen zugänglich machen. In meinem Verständnis von zeitgenössischer Kunst ist der konzeptionelle Teil, mit dem die Werke entwickelt werden, ein wesentlicher Bestandteil.
So viel zum beschreibenden Teil der Arbeit. Ich möchte euch von einem Ereignis erzählen, das ich im Rahmen des Festivals als rassistisch erlebt habe, und zwar bei der kuratorischen Arbeit und der Kommunikation zwischen Kuratorin und Autor. Im Allgemeinen wurde mein spanischer Text nicht in die Ausstellung aufgenommen, und der deutsche Text wurde willkürlich gekürzt. Für mich hat diese Situation eine rassistische Lesart in zweierlei Hinsicht:
Einerseits ist es eine Ausübung von Autorität (die ich als rassistisch interpretiere) seitens der Kuratorin, wenn sie mit mir kommuniziert. Die Kommunikation der Kuratorin bestand im Wesentlichen darin, Ausdrücke von den Fotografien zu erhalten (ich hatte das Gefühl, dass ich bei der Organisation meiner Ausstellung nur wie eine Arbeitskraft behandelt wurde). Ich hatte das Gefühl, dass meine Stimme als Künstler kein Hören fand, dass meine Fragen oder meine Stimme nicht ernst genommen wurden, sobald die Arbeit abgeliefert war. Diese Ausübung von Autorität durch eine weiße Kuratorin mit einem Künstler of Color konnte meiner Aufmerksamkeit nicht entgehen. Für mich war es eine Wiederholung der kolonialistischen Machtstrukturen, die viele von uns wiederholen, weil sie in unserer Kultur präsent sind.
Der zweite Sinn, der mir schwerwiegender und tiefgreifender erscheint, ist die Auslassung des spanischen Textes und die Streichung des deutschen Textes, ohne dass mir etwas darüber mitgeteilt wurde. Ich lese dies in demselben Sinne als Ausübung von Autorität mit kolonialistischen Untertönen. Aber was die Menschen auf den Fotos betrifft, so lese ich es als eine klare Übung von exotisierendem Rassismus. Hier ging es der Kuratorin nicht darum, was gesagt wird, oder wie die Menschen aus konzeptioneller Sicht beschrieben werden (und aus der Sicht des Autors, der ihnen kulturell und emotional nahestand), sondern nur darum, diese Gesichter alter lateinamerikanischer Männer und Frauen of Color zu zeigen, die sich in Armut und Marginalität wiedergefunden haben. Es ist eine eindeutige Ausübung von Exotisierung der Armut in anderen Teilen der Welt. Ich fand diesen Teil besonders heikel.
Marina – Die Präsenz von BIPoC in der Kunstwelt ist immer noch sehr unsichtbar. Ich habe schnell recherchiert und einige Künstler*innen Kollektive von BIPoC in Europa und Deutschland gefunden, die sich für die Organisation von Unterstützungs- und Arbeitsnetzwerken in diesen Gebieten einsetzen. In der Zwischenzeit war es schwierig, konkrete Daten über die Präsenz dieser Menschen in künstlerischen Arbeits- und Ausbildungsräumen zu finden. Wie stehst du zu diesem Thema und zu dieser Unsichtbarkeit?
Miguel – Das ist ein sehr interessantes Thema, denn hier können wir darüber nachdenken, für wen und von wem Kunst gemacht wird. Wir können uns zunächst die Frage nach der Präsenz von BIPoC in der Kunst und folglich nach der Präsenz von BIPoC als Kunstkonsument*innen stellen. Oder aus einer anderen Perspektive: Wie groß ist die weiße Präsenz in der Kunst und wie groß ist die Präsenz der Weißen, die Kunst konsumieren. Die Kunst ist seit jeher elitär. Die Freizeit selbst ist ein Konzept, das für diejenigen gedacht ist, die es sich aufgrund ihres wirtschaftlichen Status leisten konnten, nichts zu tun oder etwas Künstlerisches zu tun, d. h. die sich keine Sorgen um ihr Überleben machen mussten. Diese privilegierte Situation betrifft vor allem weiße Menschen.
Ich habe nach Zahlen und akademischen Studien über die Präsenz von BIPoC in der Kunst in Deutschland gesucht, aber ich habe nicht viele Informationen über Zahlen oder Prozentsätze gefunden. Ich spreche also aus meiner Erfahrung und dem, was ich in den mir bekannten Räumen der Kunstszene erlebt habe. BIPoC-Menschen sind sowohl bei den Urhebern als auch bei den Verbrauchern definitiv eine überwältigende Minderheit. BIPoC haben schon immer Kunst gemacht. Wenn die Präsenz von BIPoC in der Kunst oder in der Kunstszene geringer ist, hat das nichts mit der Produktion, dem Talent oder den Fähigkeiten zu tun, sondern mit Privilegien. Die Kunstszene und der Zugang zu ihr bleibt aus meiner Sicht ein exklusiver und elitärer Raum.
Marina – Die Beziehung zwischen Kunst und Politik ist in den aktuellen Debatten an der Universität und in den Arbeitsbereichen sehr präsent. Diese Diskussion findet sich nicht nur in deiner Ausstellung, sondern auch in der Art und Weise, wie du über deine Arbeit sprichst. Wie siehst du diese Beziehung?
Miguel – Na ja, ein bisschen weiter zurück vielleicht. Ich würde sagen, dass alles, was wir im Privatleben oder in sozialen Kontexten tun, politisch ist. Diesem Gedankengang folgend ist jede Kunst, ob sie es will oder nicht, politisch. Interessant ist, wann man sich bewusst wird, dass Kunst politisch ist und was man damit macht.
Das Verständnis der Kunst um der Kunst Willen ist dem Diskurs der politischen Neutralität sehr ähnlich. Diese vermeintliche Neutralität ist eher konservativ und ermöglicht die Aufrechterhaltung von ausgrenzenden und gewalttätigen Strukturen. Kunst hat ein phänomenales politisches Potenzial. Aber es ist nicht die Kunst der etablierten und elitären Räume. Ich sage nicht, dass sie nicht schön sind, sondern dass meine politischen Hoffnungen nicht dort liegen. Die Kunst, die ich im Sinn habe, wenn ich von Kunst mit politischem Potenzial spreche, ist die Kunst, die von Menschen an den Rändern für Menschen an den Rändern gemacht wird.
Marina – Wenn eine diskriminierende Situation wie die, die du in dieser Episode auf dem Festival erlebt hast, eintritt, konzentriert sich die Diskussion häufig auf den Aspekt des Leidens, den das Opfer in diesem Zusammenhang erfahren hat. Dies ist zweifellos ein wichtiger Aspekt, da er die Subjektivität Menschen of Color kennzeichnet und nicht ignoriert werden kann. In der Zwischenzeit würde es mich interessieren, ob du uns auch ein wenig über deinen Werdegang als Künstler erzählen könntest. Um nicht nur über schmerzhafte Erlebnisse sprechen zu müssen, sondern auch über andere Teile deiner Subjektivität, deine Wünsche und Interessen. Wie ist dein Werdegang verlaufen? Wie hat dein Interesse an Kunst und Fotografie begonnen? Was sind deine Projekte für die Zukunft?
Miguel – Ich habe keinen langen oder komplexen Werdegang als Künstler. Ich würde sagen, es ist ziemlich interessant, wie und woher ich zur Kunst gekommen bin. Ich fotografiere und schreibe, seit ich etwa 17 Jahre alt bin. In akademischer und beruflicher Hinsicht habe ich jedoch beschlossen, keine Kunst zu machen. Ich habe Philosophie studiert und einen Master-Abschluss in Kulturphilosophie gemacht. Von dort aus habe ich mich der Kunst genähert, oder besser gesagt, das Interesse, das ich vorher an der Kunst hatte, habe ich aus der Perspektive der Philosophie betrachtet.
Dann habe ich mich für das reflexive Potenzial der Kunst interessiert, ihr revolutionäres Potenzial, und auch für die Kunst der Ränder. Theoretisch habe ich mich besonders mit Kunst beschäftigt, die in Kontexten von Gewalt entsteht, die in, mit und an Gewalt arbeitet. Die Merkmale dieser Kunst und ihr Potenzial. Und mit den ethischen Diskussionen, die dadurch ausgelöst werden. Ich habe mich hauptsächlich mit der Dokumentarfotografie von Gewalt beschäftigt, die irgendwann den Sprung in die Kunstwelt und die großen Museen geschafft hat. Hier stellen sich sehr starke ethische und politische Fragen.
Parallel dazu ich mit Street-Fotografie begonnen. Inspiriert von den Surrealist*innen habe ich das Leben in meiner Umgebung dokumentiert, mit einem Blick auf das ästhetisch Unangenehme, das Randständige, das Hässliche, ja sogar das Gewalttätige. Ich interessiere mich für die Dekonstruktion des Bildes.
Seit ich nach Deutschland gekommen bin, haben sich mein Blick und meine Absichten nicht grundlegend geändert, aber sie haben sich den Umständen angepasst. Ich habe in Deutschland nicht den gleichen Wunsch, Street Fotografie zu betreiben, wie in Mexiko. Ich finde die Stadt und die Straße nicht so bunt und interessant. Jetzt interessiere ich mich sehr für Porträts, vor allem von BIPoC-sein in Deutschland. Ich möchte mehr BIPoC oder Migrant*innen fotografieren. Auch aus Fotografie und Konzeptualität entstehen unangenehme Projekte für den Wohlfahrtsstaat der deutschen Bürger*innen. Meine künstlerischen Absichten sind in Deutschland offenkundig politischer, da ich hierzulande am Rande der Gesellschaft stehe.
Jetzt arbeite ich als Fotograf für den IFAK an einem Porträtprojekt von Migrant*innen, die in Bochum leben und über 55 Jahre alt sind. Dort sollen Geschichten erzählt und Gesichter von Migrant*innen gezeigt werden, die schon lange in Bochum leben.
Miguel Ángel Castillo Archundia ist Essayist, Fotograf und Künstler. Er hat einen Abschluss in Philosophie und einen Master in Kulturphilosophie. Seit 2012 ist er autodidaktischer Fotograf. Er lebt und arbeitet in Deutschland. Er interessiert sich für Bilder und Gewalt, koloniale Beziehungen zwischen Menschen und Institutionen, Ästhetik und Fotografien des Unangenehmen.
Marina Fervenza (Porto Alegre, Brasilien) ist Performerin, Schauspielerin und Forscherin. Sie studierte Theater mit Schwerpunkt Theaterperformance an der Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasilien und ist Studentin des Masterstudiengangs Szenische Forschung an der Ruhr Universität Bochum. Sie lebt und arbeitet in Deutschland und in Zusammenarbeit mit Brasilien. Sie interessiert sich für die Zusammenhänge zwischen Dramaturgie und Performance, Burleske, Erotik und Identität und jetzt besonders für die Identität von Migrant*innen. Kontakt: marinafervenza@gmail.com